Capítulo 10

 

Conrad besa y acaricia el beso que le ha robado a Natalia pero al que ella ha respondido y gozado. Se separan. Él sonríe. Natalia lo mira fascinada.

--lo sabía, sabía que algo no era normal en tu matrimonio aunque el otro día te besabas con él...

Natalia se da cuenta en ese momento que ha cometido un error, que no es una mujer libre que se pueda dejar seducir por cualquiera. Para disimular que le ha gustado le da una sonora bofetón que toma desprevenido al guapo hijo de Antonio.

Marc está en su campo sacando las malas hierbas para empezar con una siembra. Alguien lo observa de lejos con deseo. Es Ana. A la mujer le gusta mucho verlo sudado y sin camisa. Se acerca a él y le tapa los ojos. Él no lo duda y dice:

--Natalia, viniste.

Marc se gira contento seguro que su esposa lo fue a ver pero se sorprende al ver a Ana.

--¿tu? –pregunta decepcionado.

Ella se decepciona ya que esperaba haber cautivado al hombre tal y como él ha hecho con ella.

Natalia se va corriendo pero Conrad la sigue a pesar de estar en calzoncillos.

--¡dejame en paz¡¡no me sigas¡¡no me molestes¡¡eres un patán¡

--¡me gustas, me gustas desde el primer momento que te vi¡¡debes entender que en este pueblo no hay muchas mujeres de las que me pueda enamorar¡

Los sentimientos que le está despertando el hombre la confunden ya que también se sentía atraída por su marido.

--¡ese no es mi problema¡¡¡si me sigues molestando le diré a mi marido que has querido abusar de mi¡¡ --dice brusca para ocultar que le esta gustando el descaro del hombre.

--¡Si no querías esto porque no te fuiste al verme... porque te acercarte...?¡

Natalia no sabe bien como justificarte:

--bueno, pues... yo... pero... ¡no sabía quien era¡¡¡no sabías si eras un hombre o una mujer¡¡

él la mira seductor y le dice:

--eso no es cierto... estabas mirando mi ropa.

--eres un mentiroso.

Ella se quiere ir pero él la agarra del brazo y le dice:

--tú sabías que había un hombre desnudo en el agua y además respondiste a mi beso. No puedes decir que abusé de ti...

--¡bueno, eso no importa... estoy casada y embarazada¡

Conrad había olvidado que los matrimonios tenían que tener hijos o estar esperando. Aunque era de lógica que ella estuviera embarazada no lo esperaba y le duele. La suelta.

--tienes razón, fue un error.

Natalia se va corriendo él se queda triste mirándola aunque se acaricia los labios con nostalgia.

--me devolvió el beso... le gusté.... sé que le gusté...

Pero sabe que algo los separe.

--si me besó es porque no le va muy bien con el marido pero espera un hijo. No iba a dejar a su marido por mi.

Natalia antes de alejarse mucho se gira para ver si el guapo hombre sigue ahí. Él la sigue mirando y le sonríe. Ella se aleja con vergüenza. No le gusta que él la haya descubierto. Conrad sonríe porque se da cuenta que la ha impresionado. Tiene un sabor agridulce en los labios.

--Me gusta y le gusto pero no es una mujer con la que yo pueda establecer una familia, la familia que deseo tener.

Natalia se queda más tranquila cuando ya ha desaparecido de la vista de Conrad. Recuerda el beso.

--¡estás loca, estás loca¡¡no puedes estar comportándote como una atorranta¡¡Marc no se merece esto y además si se enteran en esta porquería de pueblo no sé de que pueden ser capaces de hacerme...

A pesar de sus nervios, de su confusión, Natalia se da cuenta que siente algo por Conrad y que le gustó ser besada por él.

Sin imaginar lo que le ha pasado a su esposa, Marc mira a Ana sin saber qué decirle. Ella lo mira triste.

--Ya veo que no me esperabas a mi...

Él la mira aturdido:

--bueno, es que creí que eras mi esposa.

--¿quedaste con ella?

--No, pero...

--Entonces como iba a venir... Todas estás tierras son iguales... si no conoce estos rumbos no podría llegar.

--¿y tú que haces aquí?

--pues pensé que tu esposa estaría muy ocupada en su adaptación y que no vendría a traerte comida, no me equivoqué... ella no se acordó de ti... Yo te he traído un poco de comida –dice ella mostrando una bolsa.

--¿por qué has hecho esto?

--Porque somos vecinos... nos tenemos que ayudar... Si tu esposa no tuvo este detalle pues para eso están los amigos.

--en realidad yo también me pude haber acordado de llevarme algo de comer. Debí imaginar que a media hambre tendría hambre.

--¿y bueno no vas a comer? Ya verás que rico lo que te preparé.

--luego me lo como.

--luego no, no me vayas a despreciar. Te tienes que alimentar bien para seguir trabajando –dice Ana mirando con deseo los músculos del hombre.

Ana va empujando al hombre para que se siente y ella misma le desenvuelve el bocadillo y se lo da. Para que no se siente mal Marc come delante de ella. Ana le coquetea descaradamente y el guapo hombre se siente incómodo pero prefiere hacer el que no se da cuenta. Come a prisa y luego bebe agua. A ella le vuelve loca ver como el agua se le desliza por el cuello y se pierde en los vellos del pecho. Se levanta con él loca por besarlo pero él en seguida marca la distancia.

--Será mejor que te vayas que tengo que trabajar.

--No me puedo quedar un poco más...? te miro pero te juro que no te molesto...

--De veras que no... no quiero que haya malos entendidos...

--Pero que malos entendido quieres que haya?

--El ayuntamiento me ha dado esta tierra para que la trabaje, no quiero que nadie pueda decir que me dedico a otras cosas. Cobro un sueldo por trabajar el campo

Ana piensa con vergüenza en su amante, quiere evitar que Marc le vaya a decir alga al alcalde. Siente vergüenza de que el hombre que le gusta sepa que es la amante del alcalde del pueblo. Ana se va pero antes lo besa muy cerca del labio lo que incomoda al hombre. Luego se va pero no deja de girarse muy coqueta. Marc se pone muy nervioso.

--espero que está mujer no tarde en darse cuenta que no me interesa nada con ella... ¿qué clase de mujer seduce a un hombre aún sabiendo que es casado?

Marc piensa en que eso mismo eso su esposa y siente una especie de celos. Se pone a trabajar para no pensar más.

Natalia está ya en la plaza del pueblo. Se encuentra con la esposa del Alcalde. Natalia hace que no la ve pero Paquita la llama fingiendo ser muy simpática.

--¿¡que quiere?¡ --Natalia.

--ay chica, no seas así... Yo sólo quiero ser tu amiga...

--¡pues a mi no me interesa de nada su amistad¡

Natalia iba a irse pero Paquita la agarra del brazo y le dice:

--me extrañó que firmaran el acuerdo...

Natalia habla a la defensiva:

--¡a eso vine¡

--sí ya, pero como me dijeron que el otro día discutías muy feo con tu marido.

--¡esas cosas son normales¡

--que matrimonio raro entre ustedes... están de luna de miel pero en cambio... cómo se tratan.

Natalia la mira con fastidio:

--¡¡mire, señora, si usted no tiene nada que hacer pues yo sé¡¡

Una vez más Paquita no le deja ir y muy hiriente dice:

—eres mayor que tu marido, no? Bastante... diría yo.

--¡pero no soy tan vieja como usted¡¡vieja metiche¡ 

--¡grosera, muerdes la mano de quien te da de comer¡¡

Natalia se va corriendo dejando a la esposa del alcalde furiosa. 

Marc llega a su casa con hambre y con ganas de ver a su esposa. Natalia lo recibe con la comida en la mesa pero no acepta ni sus besos, ni sus caricias. Está de muy mal genio. Muy amable él le pregunta:

--¿porque estás de tan mal humor?

--¡estoy en un pueblo asqueroso, casada con un tipo que no conozco...¡

A Marc le duele ver a su esposa tan poco interesada en él.

--anoche la pasamos bien... y los otros días...

Natalia paga con su marido su malhumor con su encuentro con paquita y por su confusión por el beso con Conrad.

--¡¡eso fue sexo...¡¡ --dice con desprecio.

a él no le gusta que lo trata con tanta frialdad, que lo trate como si no le importara. Muy dolido él dice:

--nunca más volveremos a estar juntos... yo en mi cuarto y tu en el mío... ¡¡ni me busques porque me vas a obligar a ser grosero¡¡

--¡ni que yo tuviera algún interés en estar contigo¡¡¡

Las palabras de su esposa dichas con mucha dureza molestan al hombre que se va de la casa dando un portazo.

--¿y a este que le pasa? Ni que fuera un marido celoso –dice para si Natalia.