viernes, 16 de octubre de 2020

Capítulo 9



 
Marc llega a su casa muy contento. Llama a su esposa. Natalia se acerca a él. Éste la abraza entusiasmado.
--¿qué es todo esto? –pregunta la argentina.
Muy contento, el hombre le dice:
--no te hagas... ya me enteré que firmaste, que te comprometiste a quedarte aquí conmigo.
Natalia sonríe como si no tuviera importancia.
--ah¡ es eso.
Él la mira con dulzura y dice:
--tú sabías que este era mi sueño... Gracias a ti lo voy a poder lograr... ¿estás segura?
--eso ya no importa. Ya no hay marcha atrás –dice no muy convencida.
--Y entonces... ¿qué es lo que pasó?¿porqué cambiaste de opinión? Hasta donde sé estabas decidida a irte.
--Bueno... no tengo nada mejor que hacer en los próximos diez años.
Él sonríe muy seductor y a ella le gusta mucho. Los dos vibran de deseo y aunque por un lado se desean controlar no pueden. Poco a poco van uniendo sus labios y acaban haciendo furiosamente el amor. Después del gozo y antes de darle opción de rechazarla es ella quien lo hace y muy fría se levanta, se viste y le dice:
--bueno, la cena está lista... ya se debe enfriar.
Ella lo deja sola y ahora es él quien se siente mal al ser rechazado. Marc se queda algo en la cama feliz por el momento de placer pero aturdido por haberse dejado llevar.
--estamos jugando con fuego... No podemos seguir así... Tenemos que dejar estos fuegos. No puedo distraer mi atención de lo que es importante. Si seguimos dejándonos arrastrar por la pasión esto puede acabar mal... si tenemos que estar juntos diez años lo mejor es que primero nos conozcamos, que nos aprendamos a respectar pero hemos empezado todo mal.
Natalia entra en la cocina aún excitado por haber gozado en brazos del hombre.
--¿qué es lo que te pasa a ti, chica? No puede seguir con ésta... te tienes que controlar... te tienes que controlar...
Se estremece solo de recordar la ternura y la pasión de su guapo esposo.
--¿y porque debe hacerlo?¿por qué me tengo que controlar? A mi me gusta él... eso es evidente y yo necesito de sus brazos para olvidar. No tiene nada de malo. Creo que esta noche le voy a proponer que durmamos juntos y que dejemos estos juegos... Estamos casados pues nada...
Marc va al comedor muy nervioso. No sabe como enfrentar a su esposa. Actúa como si nada. Ella lo nota distante y le molesta. Se produce un silencio durante la cena. Para romper un poco el hielo él le pregunta de su vida, de su familia en Argentina.
--no es una buena carta de presentación –va pensando—un hijo un adolescente y un amante casado, además de la manera que me he dejado llevar... No sé qué podría pensar de mi, mejor que no sepa que no voy a ser una madre primeriza. Natalia contesta con brusquedad.
--¿para qué quieres saberlo?
--bueno, porque soy tu marido y ni siquiera sé si tienes familia en Argentina.
Ella responde a la defensiva:
--¡tú sabes que esto no es matrimonio normal así que ahorrate tus preguntas¡
Marc se entristece por la agresividad de su esposa.
--perdona, yo no te quería molestar... vamos a tener que vivir juntos diez años pues creo que no está de más que nos conozcamos un poco.
--¡pues no me gusta que me hagan preguntas¡¡¡yo no te hago preguntas a ti¡
Aunque está sorprendido por el arranque de su esposa, Marc no deja de sonreír y habla con mucha amabilidad.
--a me puedes preguntar lo que quieras ¿qué es lo que quieres saber de mi?
--¡a mi no me interesa nada de ti¡¡ahora déjame que coma¡
Marc se queda triste, muy educado dice:
--perdona, no te quiero molestar.
Los dos siguen comiendo en silencio. El hombre se ha quedado algo triste al creer que a su esposa le cae mal.
--¿por qué le debo caer tan mal? No sé, aceptó quedarse aquí. Nos acostamos juntos ya varias veces... ¿será que me desea pero no me soporta? –dice para sí—No sé, ¿será de las mujeres que sólo busca sexo o será que piensa que soy un semental? Sea como sea, será mejor que mantengamos la distancia hasta que las cosas entre los dos se hayan aclarado más.
Natalia levanta los ojos del plato con disimulo. Le gusta mirarlo.
--la verdad es que guapo lo es... Nunca había visto un hombre tan guapo... Es una pena que nos hayamos conocido demasiado tarde... Tal y como han pasado las cosas no podríamos tener una relación normal... Es un buen tipo pero no creo que tenga buenas referencias mías y mi comportamiento lujurioso no es lo mejor para que tenga un buen concepto mío... Además no me apetece que sepa que tengo un hijo... Creo que lo mejor es sobrevivir sin pensar en nada...

Después de cenar, en casa de los Korf, mientras Alena se prepara para ir a dormir, Alexander y Olga recogen la mesa y juntos lavan los platos. Él lava y ella seca. Con disimulo él le va a acariciando la mano de vez en cuando. Olga se muestra fría. Luego van juntos a las habitaciones. Se quedan mirando en silencio. 
--¿vas a leerle un cuento a la niña? –Olga.
Él la mira y suspira.
--¿me acompañas?
--No, luego bueno yo a darle un beso. Además a ti se te da mejor el español.
--bueno pues yo te ayudo... o también le puedes contar una historia en ruso...
--no, debe aprender ver la lengua de este país...
Alexander se entristece porque se da cuenta que la mujer no quiere estar con él. Él siente un fuego que lo quema.
--ya me estoy cansado un poco de este juego... No me gusta tener que fingir que somos una familia feliz y que en casa pues somos extraños.
--Ya sabes que te quiero mucho, que eres un hermano para mi.
--si claro... 
--Nos queremos como hermanos ¿no?
--si, así es ... –dice inseguro.
--¿a caso te quieres ir? Aunque fueras el mejor amigo de mi difunto marido no estás obligado a esto... Eres joven y entiendo que quieras vivir tu propia vida y no la de otro...
--no, no es eso... Yo hice una promesa y me voy a quedar a tu lado... hasta el final.
--bueno, pues una vez más gracias.
Ella se iba a ir pero él la agarra del brazo y le dice:
--yo, yo te quiero contar...
Alexander está a punto de lanzarse y quiere confesar lo que le está pasando pero cuando se acerca a ella la pequeña lo llama y los interrumpe. El hombre da un beso en la frente a la mujer y va con la niña.


Mientras, en sus respectivas habitaciones, Natalia y Marc se preparan para irse a dormir. Ninguno de los dos quiere dormir solo pero tampoco quieren dar el primer paso. De entrada se resignan a dormir separados pero en cuento ella oye que él va al baño no se lo piensa y va tras él. Hace que no se da cuenta y se encuentra a su guapo esposo en calzoncillos y en plena operación.
--ay perdona... no me di cuenta... –dice ella como si no quisiera mirar pero mirando y con gusto.
--no, no pasa nada... ya acabo...
Marc, excitado porque su esposa no es que lleve tampoco mucha ropa, pasa por el lado de su esposa. Casi se rozan y sus cuerpos no lo aguantan. Se besan.
--esto no está bien, no está bien –jadea él.
--lo mismo digo yo... –jadea ella besándolo con placer.
Hacen el amor hasta que se quedan dormidos. Marc se despierta y sonríe al ver a su esposa al lado. Le hubiera gustado despertar a la vez que ella pero ya se le hace tarde y la ve durmiendo tan a gusto que le da pena. Se viste en silencio, le deja una nota y se va. Natalia se despierta al rato. Se molesta al ver que su atractivo marido no está a su lado:
--¡no puede ser que otra vez me haya dejado dormir sola¡¡¿pero que es lo que se cree este hombre?
Se da cuenta de la nota que le ha dejado. “estoy en el campo para empezar a trabajar, nos vemos a la hora de la comida”.
--no creo que le costara mucho esperarme... pero bueno... al menos me dejó una nota –dice.
Sin saber muy bien porque, la mujer huele esa trozo de papel que está embriagada del olor de él y le gusta. Su olor y el recuerdo de la noche que han pasado la excitan. Decide que irá a buscarlo para darle una sorpresa.

Después de ducharse y desayunar, Natalia se va a buscar a su marido. Aunque no sabe donde queda no es algo que le preocupe.
--por cuatro casas que hay no creo que sea difícil encontrarlo.
Preguntando llega hasta los campos pero todo es más grande de lo que parecía.
--será más difícil encontrarlo de lo que creí. Todo esto es igual... ¿cómo voy a llegar hasta él?
Se da cuenta que se equivocó cuando llega a un pequeño lago del que nadie le había hablado. Se iba a ir pero la llama la atención ver que alguien se está bañando. Se acerca por curiosidad.
--¿quién debe ser el loco que se vaya con este frío?
Llega hasta la ropa del bañista y se da cuenta que está todo.
--¿¿desnudo?¡¡ aquí la gente se baña desnuda... vaya, sí que resultaron modernos en este pueblucho...
Se iba a ir antes que el nudista salga del agua pero no tiene tiempo. Como una criatura del mar, Conrad sale del agua y llama a la mujer.
--hola, no te vayas... Por mi no te tienes que ir...
Natalia no se gira ya que sabe que no llevará nada de ropa.
--¡soy una mujer casada y no creo que tenga que estar en estas cosas¡¡No llevas ropa¡
Conrad se pone los boxers a toda prisa y va detrás de la mujer que ya se estaba yendo.
--espera --le dice poniéndose delante de ella.
--¿qué es lo que quieres?
Él se enloquece por los labios de la mujer y la besa. Es un beso que a ella le toma de sorpresa pero al que responde







.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 27 y último

 A primera hora de la mañana, algo asustada Natalia va a la farmacia del pueblo y compra un test de embarazo. Se encierra en su cuarto y el ...