viernes, 16 de octubre de 2020

Capítulo 8

 


Natalia sale del ayuntamiento muy molesta. Marc sale tras ella.
--¡¡por favor, espérate... vamos juntos a la casa¡¡
--¡dejame en paz¡
Muy angustiado el guapo hombre le dice:
--tenemos que hablar.
Natalia se gira de golpe. Él resopla.
--menos mal –dice cansado—ahora espero que si podamos hablar tranquilamente.
Por la cara de su esposa ya ve que eso no va a poder ser. Se prepara para lo que le espera ya que está aprendiendo a conocer el mal carácter de su esposa. Muy furiosa, Natalia le dice:
--¡¡¿y de qué quieres que hablemos?¡¡¿de cómo me engañaste para meterme en esta porquería de pueblo?¡¡
--mejor nos esperamos para hablar en la casa... ahí hablaremos más tranquilos.
Marc iba a agarrar a su esposa del brazo pero ella no se lo permite:
--¡no me toques¡¡
Marc pone las manos donde la mujer la puede ver.
--tranquila, no te toco. Vamos a la casa y hablemos con calma.
Muy furiosa la mujer dice:
--¡yo no voy contigo a ningún lado¡
--es que la gente no se tiene que enterar de nuestros problemas.
Marc habla sin perder los nervios porque no quiere que toda esa gente que los mire se den cuenta de la realidad de su matrimonio. A Natalia no le importa nada y grita como una loca.
--¡a mi me da igual lo que piense esta gente¡¡
--pues a mi no.
--¡ya veo¡¡por eso me trajiste aquí engañada¡
--eso no es cierto, tú sabías a que venías.
--¡Es que si tú me dices que nos tenemos que quedar por 10 años ni loca…¡
Marc tiene miedo que en su enfado Natalia desvele su plan y lo estropee todo. No lo piensa, la única manera que se le ocurre de callarla es con un beso. Se tira hacia ella y la besa. Es un beso forzado, un beso que ella (por unos segundos) quiere evitar. Él la estrecha bien contra sus brazos para que ella no se puede ir. Es un beso lleno de pasión al que ella no puede sino responder. Están unidos por varios segundos. Conrad que estaba en la plaza buscando a la argentina ha disfrutado de la discusión pero ahora sufre por ese beso. Seguro que son un matrimonio normal opta por volver a su casa. Natalia y Marc se miran. Jadean, suspiran. A los dos les ha encantado el beso.
--¿y a ti quien te enseñó a besar? –pregunta ella visiblemente satisfecha y con cara de un gran gozo.
--¿no te gustó?
--No está mal... pero no lo vuelvas a hacer sin mi permiso... tú sabes lo que hay –dice ella más calmada y con ganas de volver a ser besada por él pero sin querer reconocerlo.
Él se queda triste porque le hubiera gustado que ella, aunque fuera por amistad, quisiera conocerlo un poco más y le molesta sentirla distante. Igualmente no pierde la sonrisa y dice:
--al menos he logrado que te calmes... Ahora sí podremos hablar tranquilamente.
--si, mejor vamos a casa –dice ella impresionada aún por el beso de su guapísimo marido.
Natalia camina más tranquila, no camina con su acostumbrado mal humor, deprisa y delante de su marido. Va al ritmo de él. El uno al otro del otro, en silencio, casi rozándose. Ellos se miran de reojo mientras sus cuerpos se desean.


Conrad llega a su casa de muy mal humor. Quiero ir directo a su cuarto pero su padre lo llama.
--ahora no papá... espera un momento –dice el hombre para que su padre no se de cuenta que está rabiando por los celos.
Antonio dice molesto:
--¡no seas malagradecido¡¡¡nada es más importante que tu padre¡¡¡lo que pasa es que como ya estoy viejo pues no le importa a nadie¡
Conrad se le acerca y le habla con mucho afecto:
--no digas eso, padre. Yo me dedico a ti todo lo que puedo. Vivo en este pueblo por darte gusto...
--¡ah y ahora me vas a echar en cara eso?¡¡ --gruñe el hombre-- ¡si ya lo digo yo... ¡¡cría cuervos que te sacaran los ojos¡¡
Conrad no sabe que hacer para agradar a su padre. Trata de no perder la paciencia.
--¿necesitas algo, padre?
--¿y a ti qué te pasa?¡¿por qué esa cara?¡
Conrad fuerza una sonrisa.
--¡nada, no me pasa nada¡¡
Antonio golpea a su hijo en la cabeza y le dice.
--¡a mi no me mientas que más sabe el diablo por viejo que por diablo¡
-he tenido un día duro, no es nada...
--¡lo que pasa es que eres un flojo... si apenas es medio día¡
Antonio sigue gruñendo a su hijo acosándolo de vago y se le olvida lo de su cara. Mientras, no deja de pensar en Natalia.

Natalia y Marc han llegado a su casa. Hablan en la entrada desde donde tienen una vista del campo del pueblo.
--¿por qué no me dijiste que tenemos que estar juntos diez años? Yo pensé en un año... ¡no diez¡¡si me hubieras dicho que eran diez pues ni me lo habría pensado¡
Muy triste él dice:
--por eso, por eso lo hice. No quería que te echaras atrás.
--¿y ahora que se supone que tenemos que hacer?
Él la mira con cara de pena y ella se entristece. Natalia mira el campo y dice:
--¿de veras te gusta eso? ¿es aquí donde quieres vivir?
Marc disfruta el aire al campo y dice:
--sí, siempre fue la ilusión de mi vida. Mis abuelos vivían en un pueblo así. Mi hermano y yo íbamos los fines de semana de chiquitos y a mi me encantaba... Cuando ellos murieron no sé que me dio más pena que se fueran o el hecho que nuestros padres vendieron las tierras... me hubiera gustado ser mayor para poder comprar yo esas tierras. Siempre quise tener mis tierras y aquí me daban esa oportunidad.
Natalia está emocionada por las palabras de su marido y dice:
--no sabía, lo siento.
Marc sonríe con dulzura y dice:
--hay muchas cosas que no sé de ti ni tú de mi.
Natalia lo mira con cariño. Aunque no se quiere quedar en ese pueblo tampoco le quiere hacer daño al hombre.
--¿y entonces qué hacemos?
Marc mueve los hombros como signos de que no sabe y dice:
--No sé, yo no te pienso retener aquí a la fuerza. Entiendo que tú tengas tu vida, que te casaste por los papeles... si quieres estás a mi lado hasta que bueno ya nos podamos divorciar sin que te saquen del país... yo le daré igual el apellido a tu hijo.
--¿de veras harías eso por mi?
--Si quieres vivir en la ciudad, pues nos iremos a la ciudad. Yo acepto mi responsabilidad al hacerte mi esposa sin decirte toda la verdad. También si te quieres quedar en este pueblo y después te vas y yo lo pierdo todo... pues no te preocupes...
--tú sabes que si firmo ese papel me tengo que quedar 10 años... tendría muchos problemas legales si me fuera antes...
--¿y entonces? ¿nos regresamos a la ciudad?
--es lo mejor.
La mirada triste de Marc parte el alma a la argentina. Ella se siente culpable y dice:
--entiende que no me puedo quedar aquí encerrada por 10 años...
--si claro... –dice él muy triste.
Ella no soporta verlo tan decaído y se va a otra parte de la casa. Marc mira por la ventana y disfruta de las que son sus últimas horas en el campo. No puede evitar que se le escapen unas lágrimas. Le duele haber perdido su sueño cuando estaba tan cerca de lograrlo.

Mientras, en la casa de al lado, Alena llega a la casa y saluda a Alexander con un beso.
--¿y mi mamá?
--¿está en la cocina?
--Y porque tan triste?
Alexander pone a la niña sobre sus rodillas y ella le confiesa:
--me gustaría que fueras mi papá.
El ruso se emociona por las palabras de la niña.
--a mi también.
--Mi papá de verdad está en el cielo... ¿por qué tú y mi mamá no están juntos de verdad en vez de fingirlo?¿por qué le tengo que decir a todos que eres mi papá y en casa eres mi tío?
Alexander acaricia a la niña sin saber qué decirle. Los dos hablan sin saber que Olga los escucha desde la cocina con emoción.

A media tarde, Marc llega hasta el bar del pueblo. Se toma un par de cervezas muy triste. Ve llegar al alcalde que se acerca a él muy contento. Marc se pone nervioso, no sabe cómo decirle que se va. No quiere renunciar a su sueño, y le da pena hacerlo y además quedar mal con ese hombre que tan bien lo ha tratado. Muy contento, Francisco le dice:
--que bueno que lograste convencer a tu esposa y se quedan en el pueblo.
--¿de que habla? --pregunta Marc sorprendido.
--¿cómo?¿no sabías?
--¿qué es lo que tengo que saber?
--pues que tu esposa vino a mi oficina de sorpresa y firmo. ¡ya firmó¡¡ya es todo oficial¡
La emoción y la sorpresa se refleja en el rostro de Marc.
--¡no puede ser¡
--claro que sí. Ya el tramite está en curso.
Marc abraza entusiasmado a un sorprendido alcalde y se va corriendo muy contento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 27 y último

 A primera hora de la mañana, algo asustada Natalia va a la farmacia del pueblo y compra un test de embarazo. Se encierra en su cuarto y el ...