viernes, 16 de octubre de 2020

Capítulo 7

 

Tranquilo porque a su padre no le pasó nada y fascinado por Natalia, Conrad se dirige a ella a la que dice:
--se encuentra bien, señora?
Natalia está cómo loca pero no protesta ya que su marido la tiene sujeta y con la mano puesta en la boca.
--sí, gracias. No pasó nada –contesta Marc.
Conrad le da una última mirada a la mujer antes de girarse. A pesar de que la acaba de conocer le ha encantado y siente celos de verla con otro hombre aunque le tranquiliza no verlos unidos. Está seguro que tienen problemas y eso le hace sentir esperanzado. Muy brusco su padre le pide que se vaya a casa. Conrad se despide del matrimonio aunque solo Marc le devuelve el saludo. Antonio mira con desprecio a Natalia y luego se gira mientras dice despectivamente:
--sudaca.
Marc había bajado la guardia y Natalia está aún más furiosa. La mujer le muerde la mano y se acerca al anciano.
--¿¿qué dijiste?¡¡repíteme lo que dijiste¡¡
Marc vuelve a agarrar a su esposa para calmarla mientras le dice:
--¡no dijo nada¡¡
--¡¡claro que sí, yo lo oí¡ 
Conrad mira a Natalia triste, Antonio sonríe y con desprecio dice:
--yo digo lo que quiero que para eso estoy en mi pueblo.
Marc suplica a su esposa que tenga prudencia pero Natalia está muy molesta y le dice muy molesta al anciano:
--¡¿qué te pasa gallego de mierda?¡¡¡me encanta este pueblo¡¡-- grita con sarcasmo¡¡como me encanta¡¡
Marc logra llevarse a su esposa aunque casi arrastra. Natalia no deja de gritar “boludo¡¡” muy furiosa.

Conrad va mirando atrás mientras ayuda a su padre con la burra.
--ves hijo... todos estos extranjeros son unos maleducados... no respectan nada... si no llegas a estar tú seguro que me golpea.
--no seas exagerado, papá, es normal que estuviera asustada y además está en un lugar diferente al suyo.
Seguro que ha pasado por muchas privaciones... 
--¡¡y a mi que me importa...¡¡es mala gente, yo sé que es mala gente¡
Conrad no puede evitar una sonrisa enamorada al pensar en la mujer. Antonio se da cuenta:
--¿y porque tienes esa cara? ¡ni se te ocurra acercarte a esa gente¡¡¡son gentuza¡¡
--todos necesitamos que nos echen una mano...
--pero que no cuenten contigo... ¡tú ya tienes bastante con cuidarme a mi¡¡¿de parte de quien estás?¡
--tuya padre pero...
--¡nada de pero¡¡y lleva tu la burra que yo ya me cansé¡
Conrad se hace cargo del animal sin dejar de pensar en Natalia.

Mientras ésta está muy furiosa de su marido.
--¡este pueblo es de lo peor¡¡yo no me pienso quedar aquí¡¡
--¡no hables así, vas a ofender a este gente¡
Molesta y con mucho sarcasmo la argentina grita:
--¡¡ay que pena, pobre gente tan linda que son¡¡
--¡tenemos que ver al alcalde y así no puedes ir¡
--¡a mi no me importa esa estúpida cita, ¡¡estoy harta, no me pienso quedar aquí¡¡
--¡no me puedes hacer esto¡ --le suplica él desesperado.
Natalia no le hace caso ya que ha visto a Ana. Va corriendo hacia ella gritando el nombre de la amante del alcalde. Marc la sigue. A pesar de la indiferencia del hombre, Ana lo mira con mucho deseo. Natalia la ve como a una amiga y no se da cuenta.
--¡que bueno ver una cara amiga en este horrible lugar¡¡la gente es de lo peor¡ --Natalia.
--no te pases que casi no conoces a nadie –Marc.
--¡con lo que he visto me sobra y me basta¡¡ --Natalia.
Sin dejar de mirar a Marc, Ana le habla a Natalia con dulzura:
--yo te entiende. A pesar de que este pueblo se está quedando sin gente y nos necesitan a los extranjeros aún hay gente que no está de acuerdo en este plan del alcalde pero ya se acostumbraran...
--hay un bar por aquí cerca...? necesito tomar algo fuerte.
Ana iba a contestar pero Marc la interrumpe y le dice:
--nada de eso, tú estás embarazada... ¡no puedes beber¡¡
--¡tú ni me hables, no soporto que me hagas callar y más cuando me provocan¡
Marc la mira con tristeza:
--¿y entonces qué hacemos?
Natalia siente pena por su atractivo esposo y le dice:
--¡tú ve a esa maldita reunión y yo me tomo algo y vengo contigo¡
Marc la mira inseguro:
--¿seguro?¿no me vas a dejar? Mira que si no firmas tú no sirve de nada...
--¡ya te dije que sí, ya hemos llegado hasta aquí... ahora vete y déjame en paz¡
Marc no se quiere alejar porque tiene miedo que no la vuelva a ver. Es Ana quien le dice:
--tranquilo, hombre... yo misma la llevo hasta el ayuntamiento...
Con ironía Natalia dice:
--¿tienes miedo que me pierda?¡en esto pueblo es imposible perder algo¡
Natalia insiste en ir al bar y ana la acompaña. Marc la ve irse. Ana se gira y sonríe coqueta al hombre. Marc se gira porque no piensa que la sonrisa es para él. Se sorprende al no ver a nadie pero prefiere no darse por aludido. La joven tampoco dice nada. Sigue su camino.


Marc es recibido por el alcalde. Francisco procura que el hombre se siente muy agusto.
--¿y que como te sientes en el pueblo?¿y la casa?¿te gustó?¿necesitáis algo?
--Muy bien, gracias... todo está bien...
--seguro? Si ven que necesitan algo... 
--No, no... no se preocupo.
Francisco mira por el pasillo ya que esperaba que Natalia viniera atrás. Marc se da cuenta que el alcalde está sorprendido por la ausencia de su esposa y eso le pone muy nervioso.
--Creí que había quedado claro que está reunión era con los dos... Sin ella no podemos hacer nada... ¿pasó algo?
--No, no –dice Marc visiblemente preocupado—ya sabes cómo son las mujeres... Se quedó hablando con Ana, se cayeron muy bien... vendrá después...
--Ana es una gran chica –dice con una sonrisa pícara—ayudará mucho a tu esposa a que se reintegre. Y bueno mientras llega tu mujer pues tu vas leyendo el contrato haber si todo está bien...
--bueno si todo es como me dijo por teléfono...
--si por supuesto... igual lo revisas para que luego no haya sorpresa...
Justo cuando Marc ha leído y firmado el contrato llega Natalia los dos hombres se levantan. Marc besa a su esposa. Le iba a dar un beso en los labios pero ella gira la cara y el beso da en la mejilla. Natalia se sienta y los hombres después. Marc le da el contrato y un bolígrafo:
--yo ya lo leí y lo firmé... solo falta su firma para que todo sea efectivo.
Natalia se dispone a leerlo. Marc se pone nervioso.
--No hace falta que lo leas, ya lo leí yo.
Muy seria Natalia dice:
--no pienso firmar nada sin leerlo antes...
Natalia ve una cláusula que no entiende y se la pregunta al alcalde.
--bueno sí, ya quedamos con su marido que la casa y las tierras no les pertenecerán oficialmente de entrada... aunque no tendrán que pagar nada y le pagaremos un sueldo a su marido para que se puedan mantener... luego ya cuando las tierras sean de ustedes pues ya podrán arreglárselas sola... –alcalde.
--¿ay algún problema? –Marc nervioso a Natalia.
--¿¿tú has leído esto?¡ ¡aquí pone que tenemos que estar aquí 10 años¡¡¡¿por qué no me dijiste esto?¡
Muy nervioso Marc dice:
--no me pareció importante.
El alcalde se mete y dice:
--¿hay alguien problema? Creo que lo que nosotros le ofrecemos es mucho y bueno nuestra esperanza es que no se quieran ir...
Sin dudarlo Natalia dice:
--¿y en caso de divorcio qué pasa?
Marc mira al alcalde nervioso. Teme que su esposa lo estropee todo ahora que está tan cerca de su sueño. Sorprendido, el alcalde dice.
--¿divorcio? ¿es que tenéis algún problema? Yo según tengo entendido os acabáis de casar... esperáis un hijo... ¿cómo vais a estar pensando en divorciaros?
--¡no, si lo dice por dice... es que a mi esposa le gusta mucho pensar en el futuro pero no hay ningún problema¡¡¿verdad, mi amor? –dice Marc con una sonrisa forzada.
Natalia deja el contrato con su bolígrafo sobre la mesa y dice a su marido:
--¿podemos hablar a fuera un momento?
Los dos hombres se levantan. El alcalde dice:.
--si no sabías nada entiendo que te tome por sorpresa... tampoco quiero presionar... porque no os vais a vuestra casa...? lo habláis entre vosotros... os lo pensáis y ya luego hablas con mi secretaria para que te dé una cita.
Marc mora suplicante a su esposa para que todo quede definido en ese momento pero Natalia dice:
--si, perfecto...
Natalia se va para tristeza de su apuesto Marido. Marc se disculpa con el hombre, Francisco fuerza una sonrisa. Marc, abatido, se va tras su esposa. 


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