viernes, 16 de octubre de 2020

Capítulo 17


 
Aunque le gusta estar con su marido, Natalia cree que eso es lo único que él quiere de ella y además piensa en Conrad. Se aparta de su marido con brusquedad:
--¿¿pero que te pasa?¡ --pregunta ella.
Él la mira sofocado, está deseando estar con ella. Los dos están en la cama.
--soy tu marido... no es la primera vez que estamos juntos...
Ella se levanta mientras le dice:
--¡¡No me volverás a tocar...¡¡
Los celos atormentan al guapo hombre:
--¿¡¡Es cierto que tienes un amante...¡¡?
--¡¡Cree lo que quieras...¡¡ --dice ella con altanería.
Él se levanta furioso, corre hacia ella y la abraza y la besa a la fuerza. A pesar que ella responde después lo bofetea. Él la mira sorprendido. Con desprecio ella le dice: 
--¿Me vas a violar?
Él la mira aturdido, ya que no entiende sí respondió a su beso porque luego lo golpea.
--Soy tu marido...
--¡lo nuestro fue un contrato¡¡
--¡si bueno pero ya estuvimos juntos antes¡
--¡¡Solo a la fuerza me tendrás...¡¡
--Yo nunca te obligaría a nada... –triste.
La aparente frialdad de su esposa lo lastima, trata de acercarse a ella pero Natalia lo desprecia:
--¡no me toques¡
--tenemos que hablar... –con dulzura.
--¡¡sí pero pon las manos donde yo las pueda ver¡¡
--no hace falta, no te voy a hacer nada que no quieras –dice triste.
--¡¡no te conozco de nada... no tengo porque fiarme de ti¡¡
La dureza de ella le hace daño. Con un hilo de voz le pregunta:
--¿por qué dejaste que te hiciera el amor y ahora no quieres que te toque?
Ella lo mira burlona y le dice:
--¡¡vos y yo jamás hicimos el amor¡¡¡fue sexo¡¡
Dolido él grita:
--¿¿¡¡y te acuestas con todos los hombres que se ponen en tu camino¡¡¡?
Natalia lo bofetea y Marc la mira con desesperación:
--¿¿¡porque me tratas así si yo no te he hecho nada¡¡¡
--¡¡Te odio...¡¡ --dice ella mirándolo fijamente.
La mirada llena de dolor de él se le clava en la mirada de ella, Marc no dice nada y se va tragándose su dolor. Su silencio, su tristeza conmueve a la argentina.
--¿por qué le ha dolido tanto? ¡¡Es hombre, lo único que quería es que nos acostáremos y ya lo hicimos¡¡¿por qué insiste?¿será que de verdad siente algo por mi?
La idea de que su marido pueda sentir amor por ella la emociona, le gusta pero no se lo quiere permitir que le guste. Le duele demasiado sus fracasos del pasado y no quiere que le vuelva a pasar.
--¡no, no... una no debe fiarse de los hombres¡¡¡lo que pasa es que en este pueblo no hay nadie con la que se pueda desahogar y por eso me gusta a mi¡¡pero no... Marc no se va a aprovechar de mi, no va a hacer conmigo lo que se le pega la gana¡¡


Marc se tumba sobre su cama. Un amargo llanto lo inunda. Martillean en su mente las palabras “¡te odio¡” dichas por su esposa mientras va recordando los momentos que han pasado juntos en su breve historia juntos. Se abraza a la almohada y sollozando dice:
--pero yo en cambio no te podría odiar, no te podría odiar porque creo que te amo... Creo que me estoy enamorando de mi y como duele... ¡como duele el amor otra vez¡
Marc sufre al pensar en que las dos mujeres a las que ha querido lo han despreciado y eso le parte el alma.

Sin imaginar el sufrimiento de su marido, Natalia está sobre la cama. No deja de pensar en Marc y Conrad. Piensa en los dos con deseo. Piensa en sus besos, en sus caricias.
--¡no, no... no te pueden gustar dos hombres a la vez¡¡
Natalia no puede dejar de pensar en los dos.
--¡¡Marc se casó conmigo por interés y si se acostó conmigo es porque a nadie le amarga un dulce y Conrad... ¡¡¡él no siente nada serio por mi, estoy embarazada, estoy casada¡¡¡sólo se quiere divertir conmigo y yo se lo dejo...¡¡¡¡malditos hombres¡¡
Se acaricia los labios:
--pero que rico es estar con uno...
Piensa en los dos por igual pero hay una sombra de rencor en su mirada al pensar en Marc:
--¡no, no... él me compró... pues ya está... compró una esposa, un hijo pero no le voy a dar el gusto de poder hacer conmigo lo que quiera¡
Aunque siente rencor por su marido, no deja de estremecerse pensando en sus caricias aunque que le guste Conrad hace que no entienda bien lo que le pasa.

En la casa vecina, Alexander entra con cuidado en la habitación de su supuesta esposa.
--Olga, ¿estás despierta? –pregunta.
LA mujer no responde. Con mucho cuidado, el ruso se acerca a ella y la mira mientras duerme. A pesar de la tenue luz la ve bella. Tiene ganas de acariciarla, de besarla pero se limita a sentarse a su lado y contemplarla.
--Nunca creí que esto que hice solo para ayudar a un amigo se convertiría en una pesadilla... yo he ocupado el lugar de un muerto... Porque Misha murió yo pude salir de la miseria en la que vivía, pude ayudarte a ti y a tu hijo a llevar una vida mejor... pero lo que yo no contaba es que me iba a enamorar de ti...
El rostro del guapo chico se llena de lágrimas.
--Ya sé que yo soy un niño para ti, que tú eres una mujer hecha y derecha que necesitas un hombre de verdad... un hombre como lo era él... pero él ya no está a tu lado y yo sí... Yo te lo he dado todo, me he desvivido por ti y la niña como un verdadero padre, un verdadero esposo... ¿qué es lo que no tengo?¿qué es lo que me falla? ¿por qué no he logrado que me ames como lo amaste a él?¡¡¿por qué no lo has podido olvidar?¿por qué yo no soy hombre para ti?¡¡
Alexander habla con desesperación, roto de dolor sale del cuarto. Olga abre los ojos. No dormía y lo ha oído todo. Mira el retrato de su marido que está en la mesita de noche:
--perdónale... es un chico impulsivo que ha confundido sus sentimientos pero él sabe que nunca lo podré amar porque yo sólo te amo a ti... Yo soy tuya, solo tuya hasta que yo muera y volvamos a estar juntos... tú sabes que tengo que seguir con él para darle un hogar a nuestra hija, para poder sobrevivir pero aunque ocupe tu lugar en este pueblo en mi corazón jamás lo hará... Eso él lo tiene muy claro y también quiero que lo tengas claro tú... Para mi él es un hermano... Yo no he oído nada... nada va a cambiar...
Sin imaginar que sus sentimientos ya han sido descubiertos, Alexander llora, llora sobre la cama. Mira una foto en la que está el con su amigo y con Olga.
--yo no quise que esto pasara, no quise tu muerte... Yo te veía como a mi hermano mayor, como el hermano que nunca tuve y te juro que me cambiaría por ti ahora mismo porque aunque tú estás muerto pero al menos has amado, has amado a una mujer que yo nunca tendré...
Poco a poco los ojos del guapo y atormentado ruso se van cerrando y cae en un profundo sueño.

En otro lugar, quien también está atormentada es Ana. Mira con asco a Francisco que duerme a su lado.
--¡cómo te odio¡¡
De pronto el alcalde se despierta alterado.
--¡me quede dormido¡
Mira el reloj y se da cuenta que es muy tarde... Se empieza a vestir a toda prisa y se enfurece con su joven amante.
--¿¿¡Porque no me despertaste?¡¡¡ ¡¡mi esposa me va a matar y va a ser tu culpa¡¡... ¡claro, tu lo que quieres es buscarme un lío... pero si crees que voy a dejar a mi esposa por ti estas equivocada... tú eres una mujer con la que nadie podría tener nada serio¡
Ana no le hace caso, permanece en la cama pensando en Marc.
--Yo lo que quiero es a Marc... –dice para sí.
Francisco se va y Ana se queda pensando en Marc.
--¡no he oído que haya pasado nada... Natalia sigue con su marido¡¡¡no puede ser que Marc siga con ella aún sabiendo que tiene un amante pero tengo que ir con cuidado...¡¡¡no puedo mostrar mis cartas, aún no¡¡

Al día siguiente, Natalia se levanta con ganas de ver a marido pero él ya se ha ido. Dolido por las palabras de su esposa Marc se ha ido temprano para no verla. Natalia está triste.
--¡se fue como si no hubiera pasado nada... el muy cretino¡¡anoche se hacía la víctima y hoy se ha ido como si nada...¡¡
Natalia se prepara el desayuno y aunque quiere fingir que no pasa nada está muy molesta por el hecho que su marido se haya ido a trabajar sin despedirse de ella.

Al rato, llaman a la puerta. Natalia se alegra al ver a Ana que entra en plan amiga.
--¿te molesto?
---no claro que no... Eres la única amiga que tengo y siempre es un gusto verlo... Ven que te invito a desayunar...
--no, no te quiero molestar... seguro que estás con tu esposo...
--no, él se fue...
A Ana le brillan los ojos:
--¡¡¿¿te dejó?’¿¿te abandonó?¡ --pregunta emocionada.
Natalia la mira sorprendida.

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