Marc logra que Alexander no siga hablando y lo entra a su casa. Olga lo espera preocupada.
--¿qué la pasó a mi esposo? –pregunta con angustia.
--no tiene nada, señora... sólo bebió unas copas de más. Mañana amanecerá bien aunque con un dolor de cabeza..
Olga le acaricia la cabeza con ternura a su falso esposo:
--¿qué es lo que te pasa? –susurra—tú nunca habías hecho una cosa así...
Marc, que sigue cargando al hombre, dice:
--si me dice cual es su cuarto lo llevo a la cama...
--¡si claro... disculpe¡
Olga duda y para guardar las apariencias le da las indicaciones de la que es la habitación de matrimonio. Marc deja a su amigo sobre la cama en la que duerme ella y luego se va. Olga se queda frente a la cama mirando a su supuesto esposo con unos sentimientos extraños. Por primera vez lo encuentra muy guapo. Además verlo tan indefenso lo llena de ternura.
Marc llega a su casa nervioso y deseando que Natalia no se haya despertado. Tiene hambre. Va a la cocina y es cuando se da cuenta que su esposa le había dejado la cena preparado. Es algo que lo desconcierta.
--nunca sé por donde vas a salir.
La imagen de ella con Conrad lo atormenta. Siente deseos de lanzar el plato por los aires pero no lo hace ya que Natalia, que se ha despertado con sed, acaba de entrar en la cocina. Le sonríe.
--por fin te has despertado... creí que te sentías mal... –ella.
Marc la mira con rabia, con una rabia y un dolor que no borra el inmenso amor que siente por ella. No se atreve a decirle nada porque tampoco sabe qué le puede decir.
--¿qué pasa con vos? –pregunta la argentina a su marido que no deja de mirarla.
Natalia se acerca a su marido pero le huye por el olor.
---¡buff... estuviste tomando¡
--¡no creo que eso sea cosa tuya¡
Marc se levanta y se dirige hacia la puerta ya que la cercanía de su esposa le quema.
--¿no vas a cenar? –pregunta ella preocupada.
--¡no tengo hambre¡¡ --dice él bastante brusco.
--¡¡Eso me llevo por preocuparme por ti...¡¡ --dice ella molesta.
Marc no tiene tiempo a irse ya que es su esposa quien lo hace. Natalia se encierra en su habitación furiosa.
--¡¡imbécil, es un imbécil¡
En el fondo se siente mal de que él la haya tratada mal porque le gusta.
--¡nunca debí interesarme por él¡¡¡es un boludo que lo único de mi que le interesa es ese maldito contrato que firmamos¡¡¡pero conmigo no va a fingir...¡¡¡yo sé de qué pie calza y no le voy a dar gusto que me vuelva a tratar mal y como se vuelva a hacer la víctima... Me va a oír y lo que es esta de aquí no le dirijo la palabra en lo que me quede en esta maldito pueblo¡
Suspira al pensar en Conrad.
--él es lo único bueno de este pueblo... tal vez así funciona el destino, tal vez Marc fue el conducto para llegar a Conrad... es curioso como nuestros actos nos cambian la vida... si no hubiera sido por esa estúpida boda nunca Conrad y yo nos hubiéramos conocido y él es lo mejor que me ha pasado... tal vez debería ser hora de olvidarme de este maldito contrato, ¿qué me importe a mi que Marc se quede sin sus tierras? Estoy segura que Conrad me apoyaría, no creo que deba dejar que Marc reconozca a mi hijo... No, aún no... lo puedo arruinar todo... Conrad no me ha dicho nada... Será mejor que deje que las cosas caigan por su propio peso... aún podría perder los papeles si Marc me deja... lo mejor es que espero... que todo siga como hasta ahora... ya veré luego lo que hago con ese imbécil... pero que ni crea que voy a dejar que me use como quiera...
Marc llora sobre su cama pensando en Natalia. Piensa en sus labios, en las ganas de besarla. Piensa en todas las veces que ha sido suyo. Casi se levanta. Siente un deseo irrefrenable de lanzarse a brazos de esa mujer que tanto ama. Pero lo frena el recordarla disfrutar en brazos de Conrad. Llora sangre.
--¡¡Te amo Natalia, porque no me quieres tú...?¡¡
Se acaricia unos labios, unos labios que están secos desde que ella no los besa.
--¡¡yo que te he tenido paciencia, que me había controlado, Yo me sentía culpable de que trabajes y tú te revuelcas con otro...¡¡
Recordar que él le ha sido infiel es algo que le atormenta y además le asusta las amenazas de Ana.
--¿cómo he podido? ¡me he comportado como una bestia de lo peor¡¡me he dejado llevar por mis instintos y ahora lo puedo perder todo... ¿con que cara le voy a reclamar a Natalia si yo me he portado igual que ella? Además yo me he metido con la amante del alcalde, podría perder todo por lo que llevo todos estos meses luchando¡
Siente muchas ganas de hablar con su hermano pero no quiere angustiarlo con sus problemas y tampoco quiere que le diga:
--¡te lo dije¡
Marc trata de dormir para olvidar pero no puede ya que le atormenta la imagen del lado, la imagen de una traición.
Olga mira Alexander sin saber que hacer. En su borrachera, el ruso dice:
--¿por qué no me amas?¿por qué?¡¡¡no te das cuenta que yo me estoy muriendo sin ti¡¡¡yo soy hombre... yo soy tan hombre como lo pudo ser Misha¡¡¡si me dieras una oportunidad pero para ti no soy más que una basura, un niño imbécil que nunca sería capaz de hacerte feliz¡
A Olga le da pena ver que está sufriendo por ella. Se sienta en la cama y trata de despertarlo.
--Yo no te quiero hacer daño pero...
Olga le da unos golpecitos en las mejillas para que lo haga reaccionar pero de repente, Alexander que ha perdido el control de su cuerpo se lanza sobre Olga y la besa. Es un beso que de entrada ella trata de rechazar pero que finalmente le disfruta y se deja llevar.
--te amo, te amo... –le dice él mientras se la va echando encima desnudándola.
Ella tiembla en sus brazos pero no lo retiene. Después Alexander duerme feliz en brazos de la mujer después de haber hecho suya. Olga está a su lado sin entender bien sus sentimientos. Lo acaricia confundida.
--estoy viva... estoy viva como nunca creí que lo estaba... Fui su mujer... Nunca creí que amaría a otro hombre... ¿lo amo?
Olga se levanta cubierta en la sábana y mira a Alexander con deseo:
--¡no puedo negar que me gustó, me gustó¡
Mira la foto de su marido y dice mientras la guarda:
--perdoname, perdóname...
Marc se despierta casi al amanecer. Ha dormido muy poco. Entra sigilosamente en el cuarto de su esposa. La ve dormir.
--¡no la puedo odiar –dice para sí--- ¡¡no la puedo odiar¡
No sabe que actitud debe tomar con ella así que se va a trabajar temprano, antes que ella se despierta. Natalia se molesta cuando al levantarse se encuentra sola.
--¡maldito sea¡¡este mucho decir que quiere a mi hijo como si fuera suyo, que quiere que comparta con él pero me deja sola... a pocas semanas que nazca mi hijo me deja sola sin importarle nada¡¡¡es un maldito... sólo le importa su trabajo, nada más¡¡cómo me gustaría poder dejarlo y que se quede con las ganas de quedarse con lo que no le pertenece, de lo que se quiere robar presentando una falsa familia... Yo soy la mujer de Conrad... estoy segura que él sí me daría su lugar. Nunca me dejaría sola...
Aunque siente cosas fuertes por el guapo hijo de Antonio, aunque no quiere reconocer que algo siente por su marido así es y lo duele más de lo que le gustaría la supuesta indiferencia de su apuesto marido.
Alexander se despierta desnudo y con un terrible dolor de cabeza. No comprende mucho lo que ha pasado antes que ve a Olga desnuda dormir a su lado. Se derrumba al pensar que abusó de ella.
--¿¿qué hice?¡¿qué hice?¡¡¡abusé de la confianza de Olga... abusé de la esposa de mi mejor amigo¡¡¡Ella nunca se me entregaría porque sí, la violé, la violé¡
Olga se despierta feliz y sonríe con dulzura. Él llora.
--perdona, perdona... no sabía lo que hice...
--¿pero que te pasa?
--te violé, te violé... sé que no tengo perdón, que abusé de mi fuerza... Por mi culpa has faltado a la memoria de tu marido... de mi amigo... fue un miserable...
Olga está sorprendida por la reacción de él, le quiere decir lo feliz que ha sido pero no puede ya que Alexander se levanta con vergüenza y se va mientras dice:
--soy una basura, soy una basura... Nunca podré mirarte a la cara...
Olga se ha quedado perpleja y no es capaz de decir nada.
Marc está trabajando para tratar de olvidar. Ana va a su encuentro y lo trata como si fuera su marido. Él la desprecia.
--creo que no me entendiste...
Furiosa por el rechazo de él, Ana dice:
--¡el que no entendiste fuiste tú... yo ahora soy tu mujer y me tendrás que cumplir como tú¡
--¡estás loca, sé que fue un error lo que pasó.... tú eres la amante de un hombre casado... no me puedes reclamar nada¡
Ana lo bofetea:
--¡claro que sí, yo te reclamo mi lugar... quiero que dejes a tu esposa y me lleves a vivir contigo¡
--¡ya tienes al alcalde que paga tus facturas¡
--¡pues ahora tendrás que hacerlo tú¡
--¿y si no quiero?
Ana lo mira amenazante y dice:
--te voy a arruinar la vida.
Marc traga saliva.
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