viernes, 16 de octubre de 2020

Capítulo 14

 

Conrad y Natalia yacen sobre la hierba el uno al lado del otro con cara de satisfacción. Ella está de pie, se acaba de subir los jeans. Él los tiene desabrochados. Resopla y aún jadeando dice:
--nunca imaginé que esto fuera a pasar y menos tan pronto.... Yo nunca había conocido una mujer como tú... eres fantástica...
Conrad está feliz por lo que ha pasado, aún jadea.
--¿y ahora que va a pasar entre nosotros? –dice él.
Aunque a Natalia le gusta mucho ese hombre, aunque necesitaba, dejarse llevar se siente un poco culpable por Marc.
--¡oye, oye... cual nosotros...¡¡no hay ningún nosotros¡¡¡yo necesitaba estar con alguien y has sido tú como podía haber sido otro¡
Conrad se levanta muy triste y con angustia le dice:
--no me puedes tratar así, entre los dos ha nacido algo muy especial...
--Ya me estoy arrepintiendo y no te preocupes que no me volveré a acercar a ti... no olvides que soy una mujer casada y...
Conrad con celos dice:
--sí, sí, ya sé que vas a tener un hijo... pero hemos hecho el amor...
Aunque le gusta la forma en la que Conrad se aferra a ella, Natalia está muy confundida. La trata con desprecio.
--¿amor? No seas ridículo... ¡eso no ha sido amor, sólo sexo¡¡¡¡no me metas en problemas¡¡
Con desesperación el guapo hombre le dice:
--yo estoy dispuesto a guardarte el secreto hasta que aclaremos nuestra situación...
--¡no te das cuenta que no hay ninguna situación que aclarar... fue un error... un error que no se volverá a repetir¡¡
Natalia se va corriendo y Conrad la sigue con los pantalones medio desabrochados. La agarra del brazo:
--¡no te puedes ir así¡
Natalia lo bofetea:
--¡no entiendes que no te quiero volver a ver¡¡?
Natalia se va corriendo. Tras el primer momento de sorpresa de él por el bofetón, Conrad sonríe:
--ha sido mía y no es cierto que le diera igual quien fuera... Yo sé que siente algo por mi y aunque no sé que pasará, aunque no sé que me puedo ofrecer ella o que le puedo ofrecer yo, no la voy a dejar... voy a luchar por ella... por el momento me conformaré con el papel del otro, con ser su amante, pero no voy a renunciar a ella... no...
Conrad se abrocha los pantalones, se arregla la camisa y muy contento va hacia el pueblo.

Natalia llega a la casa justo en el momento en el que Ana ha pasado un sobre por debajo de la puerta. Natalia la llama.
--¿Ana? Que sorpresa... que haces aquí...?
Ana la mira con miedo, teme que la haya descubierto. Está muy nerviosa. En realidad Natalia no se ha dado cuenta de lo que estaba haciendo la ecuatoriana y la trata como a una buena amiga.
--que sorpresa... que ganas de hablar contigo... ven, pasa... Te invito a un jugo.
--No, no... ya me tengo que ir...
--No mujer... tú y yo tenemos que ser grandes amigas... pasa, pasa...
Natalia abre la puerta y casi obliga a Ana a que pase. 
--sí que he tenido mala suerte – piensa para sí la amante del alcalde—debí asegurarme que Natalia no iba a volver antes que su marido ahora si ve la nota... bueno... pues ya buscaré otra manera de que Marc sepa la clase de zorra que tiene como esposa...
Mientras piensa la forma en bajarle a su marido, Ana fuerza una sonrisa. Nada más abrir la puerta, Natalia pisa el sobre que ha puesto Ana. Ana se pone nerviosa al ver que lo recoge.
--¿qué es? –pregunta nerviosa.
Natalia lee el sobre sin nada. Al ver que lleva escrito el nombre de su marido, lo deja sobre la mesa y dice:
--seguro que es alguna pavada...
Ana sonríe al ver que su sobre está a salvo.
--de naranja? –pregunta Natalia.
--¿cómo? –contesta ana absorta en sus pensamientos.
--el juego... digo que si te va bien de naranja...
--si de naranja está bien –dice la otra sonriendo aliviada.
Mientras le trae el zumo, Natalia le dice:
--¿estás muy rara, ¿te pasa algo?
--No, para nada... –le dice nerviosa.




Marc llega cansado a su casa para comer. Antes de entrar se topa con el alcalde, que lo saluda muy amigablemente. Marc se muestra nervioso, con miedo a que este le hable de Ana.
--¿y que como te va todo? ¿y tu señora esposa?¿ya se va integrando al pueblo? –Francisco.
--bueno, aún no se ha hecho a la idea...
--si, tienes razón... es muy pronto... me enteré que estaba buscando trabajo...
--¿mi esposa?¿está seguro? No me dijo nada...
--ah pues siento haber sido indiscreto, tal vez te quería dar una sorpresa...
--sí, será eso...
Marc hace un esfuerzo para no mostrar su dolor. Está seguro que lo que su esposa quiere es una independencia para poder dejarlo.
--y bueno supongo que a ti no te molestará que tu esposa trabaje... será muy bueno para que ella se integre al pueblo... que haga amigos...
--bueno yo prefiero que espero a que nazca el niño...
--sí comprendo... bueno pero yo ya cumplo con decirte... hoy me vino a ver el hijo de don Antonio Fuste, creo que ya se conocen, me dijo que se había enterado que tu esposa busca trabajo y que él necesita una mujer para que le ayude con la casa y su padre.... Yo creo que el dinero de más os irá muy bien y como te dije es una buena oportunidad para ella se siente de aquí...
Marc está indeciso. No le importa que su esposa trabaje solo por el hecho sino por cada vez le da más miedo que ella lo llegue a dejar aunque no lo quiere aceptar. Francisco le da un papel en el que hay anotada una dirección (no se especifica nombre).
--yo ya cumplo con darte el recado... tú verás que haces...
Francisco se va y Marc llega hasta su casa. Por un lado tiene ganas de ver a su esposa, pero por otro lado no le apetece volver a pelear con ella.

Natalia, para olvidar un poco sus remordimientos por haber sido infiel a su marido, lo recibe muy amistosamente.
--¿y todo esto? De cuando tú tan amable –dice él.
--bueno, a vos no hay quien te entienda... encima que hago un esfuerzo para que nos llevemos bien...
--si perdona.
Marc se deja llevar y la quiere besar pero aparta un poco la cara y el beso cae cerca del labio. Marc se entristece. Natalia le muestra la comida que le ha preparado y trata de ser amable para que el hombre no se dé cuenta de su cara de culpa. Justo cuando el hombre se sienta, Natalia le dice:
--ah, te llegó este sobre... seguro que es del alcalde...
Marc extrañado dice:
--no creo, lo acabo de ver y no me ha dicho nada...
Marc mientras abre el sobre dice:
--por cierto, no me dijiste que querías trabajar...
--¿cómo sabes?¿quién te dijo?
Natalia se pone muy nerviosa ya que Conrad era el único que sabía. Marc le da el papel del alcalde y dice:
--Me lo dijo el alcalde te anotó esta dirección, es para limpieza... yo creo...
Natalia no lo deja seguir, le saca el papel y le dice.
--nadie pidió tu opinión.
Natalia que no sabe que esa es la dirección de la casa de Conrad, piensa en él y en el momento que han compartido juntos. Mientras Marc lee con el rostro desencajado el anónimo que le han envidado.
--A pesar de cómo lo traté él me consiguió empleo... que lindo –piensa Natalia.
Marc se levanta muy molesto.
--¿¿qué demonios es esto?¡
Natalia no entiende nada.
--¿qué es lo que te pasa?
--¡esto es una burla o que¡¡¿qué es lo que pretendes dándome esto?¡
--¿de qué hablas?
--¡de este sobre que me has dado... ¡¡es que te ríes de mi¡¡?
Natalia lee la nota que pone “tu esposa te engaña con otro”.
--Conrad, debió ser Conrad y luego me consiguió el trabajo para que lo perdonara... –dice para sí furiosa.
--¡estoy esperando una explicación¡¡
--¡pues esperá sentado¡ --le dice ella.
Natalia va hacia su habitación pero él la sigue:
--¿por qué me has dado el sobre?¡¡tú me has mandado esto¡¡¡?
Natalia se gira y le dice:
--¡¡¡ni que fuera tonta¡¡¡para qué te iba a mandar un anónimo para decirte que tengo un amante¡¡
Marc está desesperado, le duele más de lo que imaginó que su esposa tenga otro hombre:
--¿y entonces? ¡¡es verdad¡¡?
Natalia se hace la ofendida. Bofetea a su marido y dice:
--¡cree lo que quieras... yo no soy una cualquiera... esto no te lo voy a perdonar¡¡te odio¡
Natalia se encierra en su cuarto y él se queda muy confundido. No sabe si reclamarle o pedirle perdón.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capítulo 27 y último

 A primera hora de la mañana, algo asustada Natalia va a la farmacia del pueblo y compra un test de embarazo. Se encierra en su cuarto y el ...