Natalia está encerrada en su habitación. Marc, algo más calmado, quiere acercarse a ella.
--Natalia, ábreme la puerta... quiero hablar contigo...
Natalia, que se sigue haciendo la ofendida, dice:
--¡yo no quiero hablar con vos...¡¡
--no te comportes como una niña... tenemos que aclarar esta situación...
--vos creés que yo soy una loca, una atorranta y eso no te lo perdono... ¡vete a dormir y dejame en paz¡¡tú dijiste que esto era un negocio pues yo haré lo que se me pegue la gana... haz lo mismo... tú.
Marc golpea la pared con rabia pero no dice nada. Natalia se tumba en la cama sin dejar de pensar en Conrad.
Marc entra en su habitación molesto por las palabras de su esposa. Le duele su rechazo. Piensa en su boda, en sus noches juntos y le atormenta que tenga a otro.
--¡no puede ser¡¡¡no puede ser¡¡ --se dice dolido.
Marc pasa una larga noche, aunque no soporta que su esposa lo engañe decide hacer el indiferente. La tensión es evidente durante el desayuno. Ella procura actuar con normalidad para que él no se entere de que piensa en otro hombre. Marc actúa con frialdad. Desayuno y no le dice nada a su esposa. Aunque no lo quiere reconocer, aunque siente algo por Conrad, a Natalia le duele la indiferencia de su esposa. En la puerta Marc se gira y le dice muy sereno:
--nuestro matrimonio no es tal, nunca ha habido nada entre nosotros importante para que yo te tenga que celar... yo soy libre y tú también... tú puedes tener un amante si te apetece al igual que yo pero yo voy a ser discreto y te pido que tu también lo sepas. Nuestro matrimonio es especial pero la gente no tiene porque saberlo.
Marc se va como si lo que le hubiera dicho no le importara pero cuando ha salido de la casa unas lágrimas asoman por su mejilla.
Natalia, que está tomado un café, lanza la taza contra la pared.
--¡¡imbécil¡¡¡pero como se atreve el muy atorrante decirme en mi cara que se acuesta con otro... que entre los dos no pasó nada¡¡¡¡cerdo¡¡¡¡claro yo le puse las cosas muy fáciles y ahora que ya se divirtió conmigo pues sólo le intereso por el contracto¡¡¡
Mirando a la puerta grita:
--¡te odio¡¡¡te odio¡¡¡no te vas a reír de mi¡¡¡si tú tienes amantes pues yo haré lo mismo¡¡¡y yo que me sentía culpable por mi desliz con Conrad pues ahora me acostaré con él siempre que se me dé la regalada gana y no te pienso permitir que te metas en mi vida y pobre de ti que me reclames¡¡
Natalia está algo confundida, piensa en Conrad y Marc en la cama. Piensa en los dos con deseo.
---¡Conrad sí me hizo sentir mujer... contigo estuve por obligación, porque eres mi marido pero ahora perdiste este derecho¡¡¡no voy a tener nada con un hombre que tiene otra mujer... ya no más... así lo has querido tu... a partir de ahora sólo será un negocio¡¡ --dice aunque en realidad disfrutó con los dos por igual.
Natalia, muerta de rabia, mira la dirección de la casa en la que empezará a trabajar.
--¡eso debo hacer... trabajaré para no depender de ese hombre para nada¡¡
Mira la dirección y piensa:
--¿quién debe vivir en esta casa? ¡espero que sea buena gente¡¡
Marc se traga su dolor cuando se encuentra con Alexander. Los dos amigos se saludan.
--¿te pasó algo?
--No, Mik, nada...
--tienes los ojos enrojecidos.
--Se me debió meter alguna basura...
Alexander le gustaría ayudarlo pero ya que él mismo le miente pues no lo quiere agobiar. Sólo le dice:
--quiero que sepas que en mi tienes un amigo y que siempre que tengas un problema puedes acudir a mi...
Marc le sonríe y le dice:
--gracias, se te agradece... ¿desayunaste? Me acompañas a tomar algo...?
--bueno, en realidad yo sí desayuné ya pero no importa... te acompañó...
Los dos se van juntos.
Un rato más tarde, Antonio está con su hijo:
--¿no vas a trabajar hoy?
--espero que sea más tarde. Estoy seguro que vendrá la persona que te dije...
El anciano gruñe pero no se opone. Conrad tiene una sonrisa pícara al pensar en Natalia. Llaman a la puerta. Sale a abrir el guapo Conrad muy sonriente. Natalia lo mira molesta:
--¿vos?
--ya te dije que necesitaba a alguien...
Aunque está feliz de verlo, Natalia no lo demuestra:
--si pero no creí que después de cómo te traté...
--Hacer el amor contigo fue lo más hermoso que me ha pasado en la vida –dice muy dulce.
Aunque le gustan sus palabras, la esposa de Marc le dice bruscamente:
--¡no seas cursi, tú y yo nunca hicimos el amor¡
Conrad la mira con ternura y le dice:
--yo sí hice el amor contigo, aunque para ti fuera solo sexo para mi fue un momento muy especial.
Conrad la acaricia pero Natalia, aunque está temblando, le golpea la mano y le dice:
--¡por eso le mandaste esa nota a mi marido¡¡¿para destruir mi matrimonio?
Conrad la mira confundido:
--¿de que hablas?
--¡ni te hagas... le mandaste un anónimo a mi marido diciendo que tengo un amante¡
--¿cómo crees que yo haría eso?
--¿y entonces quien fue?
--No, sé... alguien nos vio... ¿y te pelaste con tu marido? –pregunta con interés.
Molesta y sin creer mucho en él le dice:
--¡no todo está muy bien entre los dos¡¡
--¿qué clase de marido es el tuyo? ¿es que no tiene sangre en las venas?
--¡eso no es cosa tuya¡
--¡yo nunca dejaría que nadie se te acercara¡¡¡Tenerte a ti es como tener un tesoro y si a mi me dicen que me engañas soy capaz de quemar el pueblo para castigar al culpable¡
--lo que pasó entre vos y yo fue un accidente y nunca más volverá a pasar... Estoy embarazada, espero un hijo suyo... ¡que no se te olvide¡
Conrad la mira triste y le dice:
--entiendo a tu marido... te debe querer mucho para perdonarte una infidelidad y además está lo del niño... Francamente ese tío es un tipo con suerte.
Natalia está emocionada por las palabras de Conrad:
--mira eres un buen chico de veras y no te quiero hacer daño... Será mejor que me vaya y procuremos no vernos más... gracias por el trabajo pero mejor te buscas a otra...
Natalia se iba a ir pero él la agarra del brazo y dice:
--en un pueblo tan pequeño será difícil el no vernos y por favor... aunque no pase nada entre los dos dame la dicha de trabajar en mi casa...
--pero tu padre me odia...
Conrad le sonríe y dice:
--es un viejo gruñón pero tiene buen corazón... ya verás como no dice nada... Por favor... acepta...
A parte que le apetece estar con cerca de él, Natalia no se ve capaz de decirle que no mirándola él con esa cara. Él le extiendo la mano para que se la tome y lo siga a la casa. Ella no acepta su mano pero lo sigue. Los dos se van mirando y se sonríen.
Marc llega a sus tierras y se encuentra que Ana lo está esperando. Aunque Marc está muy herido y aunque por un lado desea pagar a su esposa con la misma moneda no con la amante del alcalde. La joven se muestra muy coqueta segura que Marc va a querer desahogarse con ella y le sorprende lo distante que se muestra el hombre.
--mejor te vas, no quiero que me metas en líos.
Ana lo quiere besar:
--por favor... no me hagas esto... Yo no se lo diré a nadie... Estoy sola... necesito a alguien como tú. Yo me conformo con lo que tú me quieras dar.
Marc se la saca de encima y le dice con dureza:
--¡sola no¡¡tienes un amante¡¡todo el mundo sabe que eres la amante del alcalde¡
Marc la mira con reproche:
--¡yo no soporto a una mujer que le quiere quitar el marido a otra¡
Ana siente mucha vergüenza de sí misma, se quiere justificar:
--si yo te explicara.
Él no deja que le explique y le dice:
--¡no, tú a mi no me tienes que explicar nada¡¡¡yo no quiero líos con el alcalde así que lo mejor será que no me vuelvas a mirar¡
Ana se va muy dolida. Marc trabaja duro. Está furioso por el coqueteo descarado de Ana y también por Natalia.
--¡esas dos son iguales... y yo no quiero a ninguna de las dos¡
Lo que más le duele es la traición de su esposa. Le da al pico y a la pala con dureza para tratar de olvidar:
--¡que se puede esperar de una mujer que se acostaba con un hombre casado y que lo quiso atrapar con un embarazo¡¡¡era normal que Natalia me saliera con una de esas pero no le voy a permitir que arruine sus suelos... Estas tierras es lo único de verdad que quiere¡
Marc tiene una gran pena en el alma ya que Natalia se le está metiendo más de lo que pensaba.
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