viernes, 16 de octubre de 2020

Capítulo 16

 

Antonio está en su butaca favorita cuando entran Conrad y Natalia. Los dos se notan muy nerviosos aunque encantados de estar el uno al lado del otro. Conrad tose para llamar la atención de su padre. El anciano se sorprende al ver a la argentina:
--¿qué hace esta argentina en mi casa? –dice el hombre con desprecio.
Muy altanera Natalia dice:
--¡yo me voy, no voy a dejar que me humillen¡
--¡pues vete, yo no te he llamado¡ --Antonio.
Conrad sonríe y dice:
--veo que se van a llevar muy bien... yo los dejo solo para que se conozcan...
Los dos lo miran con cara de “no me dejes solo” pero Conrad se va. Por unos segundos el anciano y la mujer se quedan mirando. Con desprecio Antonio le dice:
--¡¿se va a quedar aquí mirando como una tonta?¡ ¡no le pagamos para esto¡
--¡tampoco hace falta que me grite¡
--¡ni tú a mi, esos son los modales que te enseñaron de donde quieras que vengas?¡¡
--¡de Argentina, vengo de Argentina y me enseñaron muy buenos modales¡
--¡pues no parece¡
--¡bueno, quiere que me quede o me voy¡¡yo no estoy aquí para charlar con usted¡¡
--¡yo no la he contratado¡
--¿y bueno que es lo que se supone que tengo que hacer?
--¡la criada eres tú ya sabrás lo que tengas que hacer¡¡¡yo no soy tu papá que tengo que estar encima tuyo¡
Natalia sopla para cargarse de paciencia y no matar al anciano.
--¡esto no va a salir bien, no le quiero quedar mal a Conrad pero esto no saldrá bien porque usted y yo nunca nos vamos a llevar bien...¡
--¡pues por mi¡
Natalia se dispone a salir pero se lo piensa mejor.
--¡yo necesito este trabajo y no lo voy a dejar por un viejo gruñón como usted¡¡¡veré que es lo que hay por hacer¡
--¡eres una grosera... no te vas a quedar mucho tiempo en esta casa¡
Natalia no le hace caso y se va hacia el interior de la casa. El anciano sonríe de una manera traviesa.
--al menos ya no me aburriré... esta chica es más divertida que ver la tele que no hacen más que programas estúpidos que son un insultos a las personas decentes...

Conrad llega a la hora de comer. Natalia ha puesto la comida en la mesa y Antonio ya está en la mesa.
--¡venga que se enfría¡
--¿y todo esto? No me digas que lo ha hecho Natalia...
--¿la argentina?... si ha sido ella...
Los ojos le brillan a Conrad:
--¿y donde está?
--¿quién?
--Natalia.
--La argentina? Pues no sé... supongo que ya se habrá ido...
Conrad se entristece.
--No me esperó –piensa para sí—No me quiso ver...claro, quiso ir a ver a su marido...
Los celos atormentan al hombre pero la comida, que le encanta, aligera su dolor.
--la verdad es que es una pena que sea extranjera y casada... una mujer así es la que hacía falta en esta casa... menos mal que es una criada... –Antonio.
Conrad no dice nada pero sonríe. Si Natalia ya le había conquistado por la vista ahora ya le ha atrapado por el estómago.



Marc llega a su casa con hambre y muchas ganas de ver a su esposa. Aunque su cara muestra el deseo que tiene de ver a Natalia la certeza de que le es infiel lo llena de dolor.
--¡no, no puedo dejar que me tome el pelo¡¡me tengo que mostrar duro¡¡tengo que tomar mi lugar¡
Entra en la casa y mi brusco dice:
--¿Natalia?¡¡¿qué hay de comer?¡¡tengo hambre¡¡
Se sorprende al ver que su esposa no le contesta con los gritos a los que ya le tiene acostumbrada.
--seguro que se encerró en su habitación y me dejó una comidita bien rica en la cocina para que la perdone... pero no se lo pienso poner fácil.
Marc entra en la cocina seguro que su esposa lo dejó todo preparado pero se sorprende al ver que no está la comida preparada. Más que molestarle le angustia. Siente un temor de que su esposa lo haya abandonado sin decirle nada. Va directo al dormitorio de ella. Se tranquiliza al ver que están todas sus cosas. Entonces los celos lo dominan.
--¡¡está con otro¡¡¡no era una broma para hacerme molestar¡¡tiene un amante¡¡¡sólo otro hombre justifica que una mujer no atienda a su hombre¡¡¡ella no tiene otra cosa que hacer¡¡
Con rabia y dolor golpea la pared.
--¡no le voy a dar el gusto de que me vea hundido... que crea que no me importa... el trabajo, ella sólo fue un contrato... esto es lo único que le tengo que hacer sentir que es¡
A pesar que él mismo se quiere auto-convencer que la mujer no significa nada para él, unas lágrimas deslizándose por sus mejillas indican lo contrario. Se dirige a la puerta, su primera reacción para callar su dolor es buscar la primera mujer que encuentre para desahogarse con ella pero la vista del campo ante sus ojos lo retiene. Se seca las lágrimas y con pena se dice:
--¡no, yo vine aquí para cumplir mi sueño y ninguna mujerzuela me va a apartar de mi camino¡¡
Marc cierra la puerta y va a la cocina para ver que puede comer.



Conrad entra en su dormitorio algo cabizbajo y sin dejar de pensar en Natalia. Se empieza a desabrochar la camisa pero alguien le tose. Conrad se sorprende al ver a Natalia desnuda en su cama.
--¿qué haces aquí?
Natalia lo mira coqueta y le dice:
--bueno, no creo que te encuentres una mujer desnuda en tu cama todos los días ¿no? Yo creo que está claro lo que quiero... 
Conrad sonríe:
--es que no esperaba verte... Yo creí que te habías ido...
--¿y no te gusta más esto? ¿o es que tienes miedo que tu papito te riña?
Conrad sonríe seductor y se empieza a bajar los pantalones. Luego se lanza sobre la mujer y los dos sucumben a la pasión.

Después de comer, Marc está más tranquilo. Piensa en los momentos de placer vividos con Natalia.
--No la conozco... ¡no puedo sentir nada por ella¡ Piensa en tu sufrimiento cuando te abandonaron en el altar, las dos son iguales... sólo piensan en divertirse...
Tiene una duda clavada en el alma. 
--No puede ser que no siente nada por mi, nos casamos, estuvimos juntos... Acabamos de llegar a este pueblo... no puede ser que ya haya encontrado a otro hombre...
Sentimientos encontrados luchan dentro de él. Por un lado le gustaría que no le importara y por otro le duele y desea que sea mentida.

Natalia y Conrad gozan después del momento del placer. Los dos yacen desnudos en la cama. Él enciende un cigarro.
--así que sos de lo que fumà después de coger...
él le da una calada y me dice:
--me gusta como hablas...
Mientras fuma Natalia le dice:
--¿no tenés un porro?
--ya sabes que a mi no me gusta esa porquería –dice él tomando otro cigarro.
--pues no sabes lo que te perdés... pero en fin... tendré que esperar a que me pagues para poder volver a fumar...
--si yo fuera tu marido no te dejaría fumar...
--porque lo has tenido que estropear todo...
Natalia se levanta y se empieza a vestir deprisa.
--es que me muero de rabia de pensar que ahora vuelves con él¡
--¡él es mi marido y entre vos y yo no hay nada¡
--¡¿y entonces porque te acuestas conmigo?¡¡¿por qué soy tu jefe¡ ¿esto lo haces con todo?
Natalia le da una patada ahí al grito de boludo y se va muy molesta. Conrad se muere de rabia.

Natalia vuelve a casa sin ganas de dar explicaciones pero Marc si se las pide.
--se pueda saber de donde vienes...?
--estoy cansada y no tengo ganas de hablar con vos...
Natalia quiere irse a su dormitorio pero Marc la sigue:
--¡tu eres mi mujer, me tienes que atender a mi¡¡¿de donde vienes?
--¡eres un machista... no creí que fueras así¡
Marc la mira confundido:
--bueno es que yo llego de trabajar y me encuentro sin nada para comer...
--¡pobrecito –dice con ironía- pues ya también trabajo y te tendrás que cuidar tu solo¡
--¡mentira¡¡no me lo dijiste que trabajabas¡
Natalia no le hace caso y se mete en su habitación pero él se lanza sobre ella. La besa. Es un beso a la fuerza aunque a los dos le gusta. Van cayendo hacia la cama.





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